lunes, 13 de abril de 2020

Cómo superó Santa Teresita de Lisieux la pandemia de su tiempo




Gloria.TV News

En su corta vida, Santa Teresa de Lisieux experimentó una pandemia similar a la crisis del coronavirus, pero más espantosa. Fue la gripe rusa que mató a cerca de un millón de personas en todo el mundo. Teresa escribe sobre esto en su autobiografía.


Días de dolor


La gripe rusa afectó al Carmelo de Santa Teresa a finales de 1891.
Teresa tenía 18 años. Personalmente, sólo se vio afectada ligeramente por la enfermedad y, junto con otras dos hermanas, pudo cuidar de las monjas enfermas. Según Teresa, "es imposible imaginar el desgarrador estado de nuestro Carmelo en esos días de dolor". Las hermanas que sufrieron lo peor fueron atendidas por aquellas que apenas podían arrastrarse. Cita: "La muerte nos rodeaba. Cuando una hermana respiraba por última vez, teníamos que dejarla al instante".


La muerte de la hermana Magdalena

El día que Teresa cumplió 19 años
, el 2 de enero de 1892, la madre subpriora murió de gripe. Cito: "Asistí con la enfermera durante la agonía de la madre, y dos muertes más le siguieron rápidamente."Una de ellas fue la hermana Magdalena. Una mañana, cuando llegó la hora de levantarse, Teresa presintió que la hermana Magdalena había muerto. El pasillo estaba aún a oscuras, ninguna hermana salía de su celda. Teresa decidió entrar con la hermana Magdalena. Cito: "La encontré vestida, pero muerta en su cama. No tuve el más mínimo miedo, y corriendo a la sacristía traje rápidamente una vela bendita, y puse sobre su cabeza una corona de rosas".


"Sentí la mano de Dios"


Así es como Santa Teresa de Lisieux recuenta este tiempo. Cita: "En medio de toda esta desolación sentí la Mano de Dios y supe que su Corazón nos cuidaba. Nuestras queridas Hermanas dejaron esta vida por una más feliz sin ninguna dificultad; una expresión de alegría celestial brillaba en sus rostros, y parecía que sólo disfrutaban de un sueño placentero".


El consuelo indescriptible de Teresa:


Teresa escribe que "durante todas estas largas y difíciles semanas he tenido el indescriptible consuelo de recibir la Santa Comunión todos los días. Cita: "¡Qué dulce fue! Durante mucho tiempo, Jesús me trató como a una niña mimada. Vino a mí diariamente durante varios meses después de que la gripe hubiera cesado, un privilegio que no se le concedía a la Comunidad. No le había pedido este favor, pero estaba indescriptiblemente feliz de estar unida día tras día a mi Amado"

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