Como se aproxima la fiesta de la Virgen del Carmen es necesario limpiar el nombre del Papa al que se le apareció la Virgen para otorgar el privilegio sabatino.
El Papa Juan XXII no erró de intención y sus declaraciones excluyen el elemento de “obstinación” necesario a la herejía.
El Papa Juan XXII no estaba negando ningún dogma de Fe porque aún no había sido definido.
La posición del Papa Juan XXII sobre las ánimas benditas que no ven la visión beatífica hasta después del juicio universal era una cuestión opinable que aún no se había definido dogmáticamente. Esta definición fue pronunciada dos años después de la muerte del papa Juan XXII por el papa Benedicto XII en Benedictus Deus.
Tampoco habló ex cátedra sino los errores que se le refutaron fueron tres sermones que dio en la catedral de Aviñón.
El teólogo Le Bachlet dice que Juan XXII propuso su enseñanza tan sólo como “doctor privado que expresa una opinión, opinionem hanc, y que, buscando la prueba, reconoció que estaba abierto al debate.” (“Benoit XII, “en Dictionnaire de Théologie Catholique ., 2: 662)
“Digo con San Agustín que, si me engaño en este punto, que alguien que lo sepa mejor que yo me corrija. A mí no me parece otra cosa, a menos que la Iglesia lo declare con una declaración contraria [nisi ostenderetur determinatio Ecclesie contraria ] o a menos que las autoridades en Sagrada Escritura se expresen con más claridad contra lo que yo he dicho anteriormente. “(Le Bachelet, DTC 2 : 262).
Enciclopedia Católica, sobre el papa Juan XXII:
“El papa Juan XXII le escribió al rey Felipe IV al respecto (noviembre de 1333), y destacó el hecho que, siempre y cuando la Santa Sede no haya emitido una decisión, los teólogos podían gozar de una libertad perfecta sobre esta materia. En diciembre de 1333, los teólogos de París, después de una consulta sobre la cuestión, decidieron en favor de la doctrina de que las ánimas benditas veían a Dios inmediatamente después de la muerte o después de que se cumpliera su purificación; señalaron al mismo tiempo que el papa no había emitido ninguna decisión sobre esta cuestión, sino sólo había dado su opinión personal, y que ahora le pedían al papa que confirmase su decisión. Juan XXII asignó una comisión en Aviñón para estudiar los escritos de los Santos Padres, y para discutir sobre la cuestión en disputa. En un consistorio celebrado el 3 de enero de 1334, el papa declaró explícitamente que nunca tuvo la intención de enseñar algo contrario a la Sagrada Escritura o a la regla de fe y que de hecho no tenía la intención de emitir alguna decisión. Antes de su muerte, se retractó de su dictamen anterior, y manifestó su creencia de que las almas separadas de sus cuerpos gozan en el cielo de la visión beatífica”
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Cardenal Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI), Teología dogmática, 1977, p. 137: “El escándalo [de Juan XXII] fue utilizado con fines políticos en la acusación de herejía introducida por los franciscanos enemigos del papa [los espirituales] en el círculo de Guillermo de Ockham en la corte del emperador Luis de Baviera”
Al Papa Juan XXII se le apareció la Virgen y promovió la devoción de la Virgen del Carmen.
Este privilegio de la devoción Escapulario se ha pensado que proviene de una aparición de María al Papa Juan XXII, quien luego promulgó este beneficio espiritual a los fieles en 1322. Según los ejemplares de la Bula de promulgación atribuida a Juan XXII, el devoto del Escapulario sería liberado del purgatorio el sábado después de la muerte. Debido a la alusión al sábado, el documento de Juan XXII ha sido llamado el “Sabbatine Bull” y su privilegio mariano el “Privilegio Sabbatine”. (Cita ewtn)
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