Los misioneros de la liberación nos han perjudicado: Indígena

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Jonas Marcolino Macuxí es profesor de matemáticas y abogado que pertenece a la tribu Macushi en el norte de Brasil. Hasta los 18 años, vivió en la pobreza extrema con su gente sobreviviendo a través de la caza y la pesca. 

Se opone firmemente a cerrar a los pueblos indígenas en una reserva tipo gueto. Macuxí le dijo a VoceControCorrente.it que el 70% de su gente quiere vivir en la civilización moderna, pero la Fundación Nacional de Indios prohíbe explícitamente tal progreso, queriendo mantener a los indios en un pasado primitivo.

Macuxí explica que los indios solían tener un intercambio natural con el mundo exterior. Esto cambió después del Concilio Vaticano II cuando los llamados teólogos de la liberación, activistas medioambientales e indigenistas políticos y religiosos y ONG se trasladaron, propagando una guetoideología también defendida por el Sínodo del Amazonas.Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia en la Amazonía cambió radicalmente. 

Macuxí dice que los nuevos misioneros trabajaron arduamente para lograr la idea absurda de "regresar al pasado". Los misioneros, en su mayoría europeos, alentaron a los indios a robar la tierra de las personas de origen europeo y a odiarlos. 

Macuxí llama a la teología de la liberación una forma encubierta de comunismo. Cita: "En poco tiempo, los nuevos misioneros vinieron a destruir todo lo que sus predecesores misioneros habían construido durante un siglo, en nombre de un primitivismo absurdo".

Macuxí dice que antes del Concilio hubo un proceso natural de integración entre los locales y los europeos. En ese momento, los misioneros solían traer el evangelio. Celebraron los sacramentos, hablaban el idioma macuxi, participaban en festivales locales y ayudaban a los nativos en el trabajo agrícola. Gracias a esos misioneros, llegaron hospitales y escuelas que garantizaron a muchos pueblos indígenas la posibilidad de graduarse y así expresar su potencial. Para Macuxí, la creencia de que los nativos deberían vivir en un zoológico humano es racismo.

Traducido por Blog católico  Religión la Voz Libre