En su columna del 9 de diciembre Antonio Socci señala otra paradoja en esta época de la "apertura al mundo de la Iglesia" en el Vaticano II. El 8 de diciembre, ante una multitud de personas en la Plaza del Pueblo de Roma, el viceprimer ministro y ministro del Interior italiano Matteo Salvini, elegido en una revuelta populista contra las élites de la UE que están destruyendo Italia, "recordó la Fiesta de la Inmaculada Concepción, citando a De Gasperi [un líder de los demócratas cristianos después de la Segunda Guerra Mundial y primer ministro de Italia de 1945 a 1953] y Juan Pablo II ...
"Sin embargo, al mismo tiempo, Salvini se ha convertido en “un punto de referencia ideal” para la burocracia de la Conferencia de Obispos Italianos (CEI), que ha “organizado una cruzada precisamente contra la Liga [el partido de Salvini] y Salvini, tanto que según un artículo del diario italiano "Fatto Quotidiano", el jefe del CEI, el cardenal Gualtiero Bassetti, instalado por el Papa Francisco como un hombre "cortado de la misma tela", está planeando que los obispos italianos "regresen a la política" Es decir, según Socci, (apoyando) la política de la migración musulmana de masas (excluyendo al Vaticano, por supuesto), la histeria del "cambio climático", la redistribución de la riqueza y la política de "Más Europa" de Emma Bonino, quien abrió el camino hacia la legalización del aborto y el divorcio en Italia y se jactó de realizar miles de abortos ella misma. La asesina de masas Bonino, descrita aquí como "Una de las mujeres más queridas de Italia", y alabada por el propio Francisco como una de las "grandes olvidadas de Italia", se presentó sin éxito contra la coalición populista que aplastó a la izquierda italiana durante las elecciones del pasado mes de marzo, con el partido `Più Europa´, o `Más Europa´, creado apresuradamente antes de la votación del 4 de marzo. Pero los obispos italianos, señala Socci, nunca han participado en la política italiana en primer lugar, excepto a través del movimiento de Acción Católica que se opuso al Partido Comunista Italiano en 1948 en dirección al Papa Pío XII.
Sin embargo, hoy en día, Bassetti está movilizando a los obispos italianos para que se opongan al gobierno radicalmente anticomunista, debidamente elegido de Italia, de acuerdo con las demandas de "una Europa laicista que ha negado sus raíces cristianas". Juan Pablo II y Benedicto XVI habían criticado duramente "esta Europa tecnocrática por su laicidad [secularidad estricta] y su difusión de una mentalidad de nihilismo político".
Esto, dice Socci, es una "inversión colosal de posición (no declarada) en comparación con la llamada" elección religiosa "de la acción católica en los años setenta" contra la "difusión del conformismo marxista" de esa época turbulenta.Pero entonces casi todo el elemento humano de la Iglesia ha sufrido un "cambio de posición colosal" desde el Concilio Vaticano II. Y los resultados son lo que el Cardenal Ciappi llamó una apostasía que "comienza en la parte superior". De lo que María Inmaculada advirtió a la Iglesia en Fátima.
Traducido por el Blog católico Religión la Voz Libre
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