«....Dichosos los que mueren en penitencia, porque estarán en el reino de los cielos. ¡Ay de aquellos que no mueren en penitencia, porque serán hijos del diablo (1Jn 3,10), cuyas obras hacen (cf. Jn 8,41), e irán al fuego eterno! (Mt 18,8; 25,41). Guardaos y absteneos de todo mal y perseverad hasta el fin en el bien». (1Reg XXI) San Francisco de Asís
«1Hay muchos que, cuando pecan o reciben una injuria, con frecuencia acusan al enemigo o al prójimo. 2Pero no es así, porque cada uno tiene en su poder al enemigo, es decir, al cuerpo, por medio del cual peca. 3Por eso, bienaventurado aquel siervo (Mt 24,46) que tiene siempre cautivo a tal enemigo entregado en su poder, y se guarda sabiamente de él; 4porque, mientras haga esto, ningún otro enemigo, visible o invisible, podrá dañarle». Cap. X
“Consideremos, queridos hermanos, nuestra vocación, a la cual nos ha llamado el Señor por su misericordia, no tanto para nuestra salvación, cuanto por la salvación de muchos otros, a fin de que vayamos por el mundo exhortando a los hombres más con el ejemplo que con las palabras, para moverlos a hacer penitencia de sus pecados y para que recuerden los mandamientos de Dios”. (Tres Compañeros, 36)
PALABRAS DE SAN FRANCISCO A SUSSEGUIDORES: Todos los que aman al Señor con todo el corazón, con toda el alma y la mente, con todas las fuerzas, aman a sus prójimos como a sí mismos, aborrecen a sus cuerpos con los vicios y pecados, reciben el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo y hacen frutos dignos de penitencia: ¡oh, cuán dichosos y benditos son aquellos y aquellas que tales cosas ponen en práctica y perseveran en ellas!, porque reposará sobre ellos el Espíritu del Señor y pondrá junto a ellos su habitación y morada; son hijos del Padre celestial, cuyas obras realizan, y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo.(...)
“Vamos a disciplinar nuestro cuerpo crucificando sus vicios, la concupiscencia y los pecados, porque al vivir conforme a la carne, el diablo quiere quitarnos el amor de Jesucristo y la vida eterna y perdernos en el infierno con todos los demás. ” (San Francisco de Asís)
Que Dios tenga misericordia de nosotros y elimine pronto esta secta satánica de Roma.