El 22 de Agosto, Francisco Bergoglio hizo publicar lo siguiente en su cuenta de Twitter:
«Dios no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente. Pido a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo y al fanatismo ciego. #FraternidadHumana».
Una clara referencia al Documento de Abu Dabi, que firmara con Ahmed Muhammad Ahmed el-Tayeb, gran imam de la mezquita cairota al-ʾAzhar en 2019, en el marco de su viaje a Emiratos Árabes Unidos.
Por supuesto que, prima fácie, a Bergoglio le importa un carajo que los templos de su secta sean blanco de los ataques de las femibolches, “antifas”, “blacklivesmatteristas” y demás engendros y esbirros de la Judería Internacional que buscan imponer el Nuevo Orden Mundial y la Religión Ecuménica.
Pero desde otro punto, es verdad: Dios no necesita NADA de nadie… mucho menos que le alaben, aunque sí inspira y ordena que lo alaben todas sus criaturas (Salmo 150, 6: «Empléese todo espíritu en alabar a Dios. ¡Aleluya!»), haciendo que redunde en su salvación, como dice el montini-bugniniano Prefacio Común IV “De laude, dono Dei”:
«Vere dignum et justum est, ǽquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia, cum nostra laude non égeas, tuum tamen est donum quod tibi grates rependámus, nam te non augent nostra præcónia, sed nobis profíciunt ad salútem, per Christum Dóminum nostrum. Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes: Sanctus… [En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría: Santo…]».
Pero sobre todo, en este tiempo que tanto se habla de los “derechos” (“derechos humanos”, “derechos animales”, “derechos de la naturaleza”, “derechos homosexuales”, et álibi aliórum nauseámque), hay que recordar que Dios tiene Derechos propios, y que uno solo de ellos vale más que todos los que los inventados por la sociedad:
- ART. 1. Dios tiene pleno derecho sobre el hombre creado a Su Imagen y Semejanza, para que dichas criaturas le rindan homenaje de adoración, gratitud, alabanza y gloria que le son debidos.
- ART. 2. Dios tiene derecho a nuestro total y absoluto sometimiento de índole personal y social a Sus Santos Mandamientos, de los cuales pedirá cuenta estricta, como Juez Supremo de todos los hombres.
- ART. 3. Dios tiene derecho al total y absoluto sometimiento de nuestras leyes humanas a Su Ley Eterna, como fundamento esencial de aquéllas, sin la cual el derecho dejaría de existir.
- ART. 4. Dios tiene derecho a ser reconocido por todas las naciones del mundo como Único Soberano y Supremo Juez de todos los hombres.
- ART. 5. Dios tiene derecho a que los gobernantes de todas las naciones legislen y promulguen leyes que estén en perfecta armonía con la Ley Eterna.
- ART. 6. Dios tiene derecho a que se respete la vida humana en todas sus formas.
- ART. 7. Dios tiene derecho a que Su Santísimo Nombre no se suprima de Constitución Política alguna (mucho menos se le relegue a lo último del preámbulo, como ha sucedido en muchos lugares).
- ART. 8. Dios tiene derecho a que se respeten los días festivos destinados a Su Culto Público. Ello implica que NO deben ser alterados o suprimidos por ninguna autoridad civil o eclesiástica, sea por el motivo que fuere.
- ART. 9. Dios tiene derecho a que se acate y se respete a la Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica, fundada por Su Único Hijo Jesucristo.
- ART. 10. Dios tiene derecho a que se le adore en la Sagrada Eucaristía, en la que está presente con Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
- ART. 11. Dios tiene derecho a que no se desacralicen sus Templos ni se disponga de sus bienes, ni que sus Ministros sean sujetos de tributación.
- ART. 12. Dios tiene derecho a que no se enseñen doctrinas falsas que ofendan Su Divinidad.
- ART. 13. Dios tiene derecho a que se prohíba la libertad de cultos, por cuanto que Él es el Único Dios Verdadero en Tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- ART. 14. Dios tiene derecho a que como Fuente Suprema de toda autoridad, que sus hijos impidan la libertad para ofender Su Divina Majestad, sea de palabra, por escrito, o de cualquiera otra manera.
- ART. 15. Dios tiene derecho a que se prohíban los sacrilegios y profanaciones de sus Templos.
- ART. 16. Dios tiene derecho a que se prohíban injurias a Su Divina Majestad, así como a la Santísima Virgen y contra los santos, mediante películas blasfemas y libros heréticos.
- ART. 17. Dios tiene derecho a que se hagan manifestaciones públicas de adoración, reparación y desagravio por tantas ofensas recibidas.
- ART. 18. Dios tiene derecho a que sus criaturas protesten ante las autoridades contra el divorcio, matrimonio civil, unión libre, aborto, exhibición de películas blasfemas, pornografía y (contra la homosexualidad, el cambio de sexo. adopciones gay y toda ideología gay) demás formas de corrupción que existen hoy en día o llegaren a existir en el futuro en la sociedad.
- ART. 19. Dios tiene derecho a que los padres de familia e instituciones educativas enseñen el Catecismo de la Doctrina Cristiana.
- ART. 20. Dios tiene derecho a que se mantenga la dignidad de la persona humana creada a Su Imagen y Semejanza, impidiendo la depravación mediante programas de televisión inmorales, periódicos, revistas, clonación, manipulación genética y demás actos tendientes a manipular en cualquiera de sus formas la vida humana para cualquier fin.
- ART. 21. Dios tiene derecho a establecer en la tierra sobre todos y sobre todo el Reinado Social de Su Hijo Jesucristo, y que por cierto ya está a las puertas.
- ART. 22. Dios tiene derecho a premiar a los hombres de buena voluntad que con amor cumplen Sus Mandamientos (mientras sean miembros de la Santa Iglesia Católica y Apostólica).
- ART. 23. Dios tiene derecho a castigar a los hombres materialistas, inmorales, depravados, enemigos de lo bueno, amadores de los placeres, apóstatas, herejes, injustos, blasfemos, acumuladores de riqueza con el sudor del prójimo; en suma, quienes desobedecen Sus Santos Mandamientos y quienes legislan en contra de sus Leyes Divinas, fuente de todo derecho. Asimismo, Dios tiene derecho a permitir que haya en la tierra guerra, peste, enfermedades, gobiernos injustos que esclavicen, desastres, terremotos, inundaciones, maremotos, erupciones volcánicas, muertes violentas, etc. con objeto de que el hombre vuelva a Él y esté siempre preparado con santo temor cumpliendo Sus Leyes.
- ART. 24. Los hombres y todas las criaturas tienen la obligación de escuchar la voz de Dios, seguir Sus mandatos, representarle ante el mundo y contra el demonio y sus agentes, rendirle alabanza y amor, poner a Dios como Principio, Centro y Fin de todo pensamiento, palabra y obra; así como también el hacer posible los derechos de Dios.
Ante estos derechos, es nuestro deber respetarlos y hacerlos respetar ante quien sea, con TODOS los medios posibles. Y como dijo el Bienaventurado David Uribe Velasco, sacerdote martirizado el 12 de Abril de 1927 durante la persecución religiosa movida por el marrano Plutarco Elías‐Calles Campuzano, «¡QUÉ FELICIDAD MORIR EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE DIOS».
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