«Vi la iglesia de los apóstatas crecer grandemente. Vi las tinieblas que partían de ella, repartirse alrededor y vi muchas personas abandonar a la Iglesia legítima y dirigirse hacia la otra diciendo: «Ahí todo es más bonito, más natural y más ordenado» (AA.II.414)
LA COMUNIÓN DE LOS PROFANOS
Todo es (en esta «falsa iglesia») fundamentalmente malo; es la comunión de los profanos.
No se decir hasta donde todo lo que ellos hacen es abominable, pernicioso y vano. (AA.II.89)
¡Quieren ser uno solo cuerpo en algo diferente que el Señor! (AA.II.89)
(La falsa iglesia) está llena de orgullo y de presunción, y con eso destruye y conduce al mal con toda clase de buenas apariencias. Su peligro está en su inocencia aparente (AA.II.89)
LA GRAN TRIBULACIÓN
LA ESCISIÓN DE LA IGLESIA
12 de abril de 1820 - Tuve todavía una visión sobre la gran tribulación, bien en nuestra tierra, bien en países alejados. Me pareció ver que se exigía del clero una concesión que no podía hacer. Vi muchos ancianos sacerdotes y algunos viejos franciscanos, que ya no portaban el hábito de su orden y sobre todo un eclesiástico muy anciano, llorar muy amargamente. Vi también algunos jóvenes llorar con ellos. (AA.III.161)
Vi a otros, entre los cuales todos tibios, se prestaban gustosos a lo que se les demandaba.
Vi a los viejos, que habían permanecido fieles, someterse a la defensa con una gran aflicción y cerrar sus iglesias. Vi a muchos otros, gentes piadosas, paisanos y burgueses, acercarse a ellos: era como si se dividieran en dos partes, una buena y una mala. (AA.III.162)
Advierte Santa Brígida:
''El mal ejemplo de muchos parrocos, gradualmente lleva a la gente a una ceguera espiritual y a tomarse satisfechos con el pecado, incluso a presumir de ello, aun cuando antes se avergonzaban de el (4.132). Cristo acusa a los sacerdotes y religiosos de ser deficientes y a veces totalmente descuidados en sus predicaciones e instruyendo a la gente en la fe. Cristo le reclama a Santa Brigida: "Ellos no hablan de mis acciones maravillosas ni enseñan mi doctrina, al contrario, enseñan el amor al mundo" (4.132). Santa Brigida escribe que muchos sacerdotes sucumben a la tentacion para evadir predicar y enseñar acerca de las "duras enseñanzas " de Cristo para no ofender a la gente y ser bien recibidos por ellos, y tambien para obtener riquezas. Se rinden a las demandas del mundo porque temen y no pueden resistir ser perseguidos y odiados por el mundo. Al presentar lo que es agradable para el pueblo, la justicia de Cristo queda oculta y la gente vive ciega en presunta confianza de su salvación''
Bergoglio desafía a Dios y se rebela contra la Ley Natural Divina
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Bergoglio el Gran engañador |
'Ustedes serán como dioses'
Bergoglio suplantando a Dios que solamente hizo al hombre y a la mujer le llama a los travestis homosexuales "chicas".
Bergoglio, Tucho y James Martin engañan a los fiduchos y les hacen creer a que pueden cambiar de sexo.
Bergoglio y los impenitentes fiduchos se creen dioses que desafiando las Leyes de Dios pueden cambiar el concepto de bien y mal.
Santa Brígida reprocha que muchos del clero abandonan su deber primario de ayudar a salvar las almas de aquellos que les han sido confiados por preocuparse por sus propios objetivos temporales (1.59; 4.43; 4.132-133).
Santa Brígida acusa a muchos sacerdotes de hipocresía, ocultando su impureza y otros pecados bajo la superficial apariencia la piedad. Estos hipócritas son peor que Judas, quien por lo menos reconoció su error y se arrepintió, aunque no se regresó a la piedad de Dios. Sin embargo, estos sacerdotes continúan fingiendo honradez (4.132)
La Apostasía de los clérigos son la peor de todas tomando en cuenta su exaltado llamado espiritual. Porque Cristo los ha escogido antes que a todos los ángeles, dándoles el poder de tocar su cuerpo en la Eucaristía. Pero ahora ellos lo han ofendido más que todos los demás, por esta razon, Cristo le dijo a Santa Brigida que el juicio del mundo empezará con ellos. (3.5; 1.48)
Santa Brígida advierte que el alma condenada con gran angustia muy tarde se dará cuenta que las promesas de Cristo fueron reales y que su nombre ha sido borrado del libro de la vida en el cielo.
Palabras de Aviso de Jesucristo Revelaciones de Santa Brígida:
Se apenan de cualquier cosa más que de mí. Se disgustan por sus propias pérdidas y por las de sus amigos. Se apenan por una sola palabra ofensiva. Se entristecen por ofender a personas de mayor rango que ellos, pero no les importa ofenderme a Mí, el Creador de todas las cosas.
Castigo para los sacerdotes infieles que rechazan la ley de Dios~ Revelaciones de Santa BrigidaIgualmente, estos hombres acuden a mí como rojos de caridad y a la gente le parecen puros, pero por dentro están llenos de porquería. Si estos frutos se colocan en el suelo, de ellos salen y crecen más brotes de brezo. Así, estos hombres esconden su pecado y su maldad de corazón como en el suelo, y se vuelven tan arraigados en la maldad que ni siquiera se avergüenzan de mostrarse en público y alardear de su pecado. Por ellos, otras personas no sólo hallan ocasión de pecar sino que quedan seriamente dañadas en su alma, pensando para sus adentros: ‘Si los sacerdotes hacen esto, más lícito será que lo hagamos nosotros’.Ocurre, así, que no sólo se parecen a la fruta del bierzo sino también a sus espinas, en el sentido de que éstos desdeñan ser movidos por la corrección y la advertencia. Piensan que no hay nadie más sabio que ellos y que pueden hacer lo que les parezca. Por lo tanto, juro por mis naturalezas divina y humana, en la audiencia de todos los ángeles, que atravesaré la puerta que ellos han cerrado de mi voluntad. Mi voluntad se cumplirá y la suya será aniquilada y encerrada en un castigo sin fin. Entonces, como se dijo antiguamente, mi juicio comenzará con mi clero y desde mi propio altar”.
El seudo evangelio de Bergoglio no llama al arrepentimiento, sino que lleva a la obstinación en el pecado y a la impenitencia final. La Escritura Maldice a los que predican este falso evangelio del heresiarca Bergoglio que no busca la salvación de las almas.
San Marcos 2:17Y oyéndolo Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Hechos 26:20 sino que anunciaba, primeramente, a los que estaban en Damasco y también en Jerusalén, y después por toda la región de Judea, y aun a los gentiles, que debían arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
San Lucas 24:47
y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Marcos 1:14-15
Jesús comienza su ministerio llamando al arrepentimiento.
Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.
Hechos 20:21
testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
Dijo el Padre Félix Sardà : "El clérigo apóstata es el primer factor que busca el diablo para esta su obra de rebelión. Necesita presentarla en algún modo autorizada a los ojos de los incautos, y para eso nada le sirve tanto como el refrendo de algún ministro de la Iglesia. Y como, por desgracia, nunca faltan en ella clérigos corrompidos en sus costumbres, camino el más común de la herejía; o ciegos de soberbia, causa también muy usual de todo error; de ahí que nunca le han faltado a éste apóstoles y fautores eclesiásticos, cualquiera que haya sido la forma con que se ha presentado en la sociedad cristiana".
EL PEOR CASTIGO DE DIOS ES PERMITIR QUE HAYA LOBOS EN LUGAR DE VERDADEROS PASTORES
Por San Juan Eudes
La mayor señal de la ira de Dios sobre un pueblo y el más terrible castigo que sobre él pueda descargar en este mundo, es permitir que, en castigo de sus crímenes, venga a caer en manos de pastores que más lo son de nombre que de hecho, que más ejercitan contra él la crueldad de lobos hambrientos que la caridad de solícitos pastores, y que, en lugar de alimentarle cuidadosamente, le desgarren y devoren con crueldad; que en lugar de llevarle a Dios, le vendan a Satanás; en lugar de encaminarle al cielo, le arrastren con ellos al infierno; y en lugar de ser la sal de la tierra y la luz del mundo, sean su veneno y sus tinieblas.
Porque nosotros, pastores y sacerdotes, dice San Gregorio el Grande, seremos condenados delante de Dios como «asesinos de todas las almas que van todos los días a la muerte eterna por nuestro silencio y nuestra negligencia» (occidimus, quot ad mortem ¡re tepidi et tacentes videmus. Homil. 12 super Ezech.). «Nada hay, dice este mismo Santo, que tanto ultraje a Dios (y por consiguiente que más provoque su ira y atraiga más maldiciones sobre los pastores y sobre el rebaño, sobre los sacerdotes y sobre el pueblo) como los ejemplos de una vida depravada dados por quienes él ha establecido para la corrección de los demás; cuando pecamos, debiendo reprimir pecados», cuando no tenemos cuidado alguno de la salvación de las almas; cuando no nos cuidamos más que de satisfacer nuestras inclinaciones; cuando todas nuestras aficiones se terminan en las cosas de la tierra; cuando nos alimentamos con avidez de la vana estima de los hombres, haciendo servir a nuestra ambición un ministerio de bendición; cuando abandonamos los quehaceres de Dios para ocuparnos en los del mundo; y cuando llenando un lugar de santidad, nos entregamos a cosas terrenas y profanas. Cuando Dios permite que esto suceda, es prueba muy cierta de que está encolerizado contra su pueblo, siendo éste el más espantoso rigor que puede ejercer sobre él en este mundo. Por esto, dice incesantemente a todos los cristianos: Convertíos a mí... y os daré pastores según mi corazón (Convertimini ad me... et dabo vobis pastores juxta cor meum. Jerem. 3-15). En lo cual se deja ver bien claro que el desarreglo de la vida de los pastores es un castigo de los pecados del pueblo; y que, por el contrario, el mayor efecto de la misericordia de Dios hacia él, y la más preciosa gracia que puede otorgarle, es darle pastores y sacerdotes según su corazón, que no busquen más que su gloria y la salvación de las almas.
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