El orgullo Luciferino de James Martin
El impío, después de haber llegado a lo profundo de los pecados, no hace caso. Pr., 18, 3.
« Este propagandista del vicio, James Martin —al igual que el hereje Spadaro, miembro de la misma Sociedad—, en lugar de interpretar el verdadero significado del «Veni foras» (Jn 11,43) para indicar la necesidad de abandonar el pecado y renacer en Cristo, usa blasfemamente las palabras de Nuestro Señor para legitimar la sodomía y el pansexualismo LGBTQ+. Los herejes siempre se comportan de la misma manera: interpretan las Sagradas Escrituras según su propia voluntad desviada, en lugar de conformar su comportamiento a la voluntad de Dios. Y es esto, al final, lo que revela —jam fœtet— su orgullo luciferino. »
Si estamos atentos, comprenderemos que hay muertes más temibles que la de Lázaro: todo hombre que peca, muere. Todo hombre teme la muerte corporal; pero hay pocos que teman la muerte del alma. Para evitar la inevitable muerte física, todos hacen grandes esfuerzos: es el verdadero sentido de sus empresas El hombre mortal se esfuerza por no morir, y el hombre destinado a vivir eternamente, ¿no se ha de esforzar en no pecar? (San Agustín, Trat. Evang. S. Juan,49).
O bien, de otra manera: cuando desprecias, yaces muerto; cuando confiesas, sales adelante. ¿Qué otra cosa es salir adelante, sino manifestarse saliendo de lugar oculto? Pero Dios hace que te confieses gritando en voz alta, esto es, llamándote por una gracia singular. El muerto que se adelanta está aún atado de pies y manos; es reo aún. Por eso, para que se desataran los pecados dijo a los ministros: "Desatadle y dejadle ir", es decir, lo que desatareis en la tierra será desatado en el cielo.
San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia sobre los malos hábitos:Escucha al Señor, que te dice como a Lázaro: Sal afuera. ¡Pobre pecador ya muerto! Sal del sepulcro de tu mala vida. Responde presto y entrégate a Dios, y teme que no sea éste su último llamamiento.
San Agustín Lib. 83 quaest. qu. 65.Lázaro, saliendo del sepulcro, representa al alma separándose de sus apetitos carnales. El salir atados los pies y las manos con vendas, nos enseńa que aun los que abandonan las cosas carnales y sirven de corazón la ley de Dios, mientras están revestidos de este cuerpo no están libres de las tentaciones de la carne. Y el estar su rostro cubierto con un sudario nos enseńa que en esta vida no podemos tener plena inteligencia. "Desatadle y dejadle ir". Estas palabras nos anuncian que después de esta vida desaparecerán todos los velos para que podamos ver cara a cara.
Romanos 1:28 Y como no tienen interés en conocer a Dios, es Dios mismo quien los deja a merced de una mente pervertida que los empuja a hacer lo que no deben.
Al rechazar la Palabra de Dios siguiendo su mente depravada se han entregado al vicio de la homosexualidad.
Ellos, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican. Romanos 1:32Arzobispo Viganò: Las bendiciones de Bergoglio para las parejas homosexuales demuestran que es un "siervo de Satanás"En lugar de rectificar Bergoglio maliciosamente despreció a los fieles católicos críticos de Fiducia Supplicans: "Pertenecen a pequeños grupos ideológicos".
Arzobispo Viganò: "Fiducia supplicans" expone a Bergoglio y su falsa Iglesia al servicio de Satanás.
San Pedro Damián: “¿Me pregunto, Oh abominables sodomitas, por qué después de buscar con tan ardiente ambición la altura de la dignidad eclesiástica? ¿Por qué buscan con tanto anhelo atrapar a la gente de Dios en la red de la perdición de ustedes?”Yayo Grassi: Francisco fue mi profesor de secundaria. Él sabe que soy gay. Lo ví en Roma y Washington junto con mis novios, que cambiaban constantemente. Francisco siempre preguntaba por ellos. Noviembre de 2015.
Santa Caterina de Siena y San Bernardino de Siena, llegaron a afirmar que la sodomía es el pecado más grave después del pecado en contra del Espíritu Santo, sin embargo, si se practica la sodomía persistentemente, en violación de los mandamientos de Dios, también se convierte en un pecado en el cual no hay perdón: “… Los que cometen el pecado maldito contra la naturaleza, son tales como los tontos y los ciegos, después de haber eclipsado a la luz de su inteligencia, no se dan cuenta del hedor y la miseria en la que estan …” (Santa Catalina de Siena, el diálogo de la Divina Providencia, cap. 124)
Judas 7 Y Sodoma y Gomorra, junto con las ciudades limítrofes entregadas como ellas a la lujuria y a la homosexualidad, sufrieron el castigo de un fuego perpetuo, sirviendo así de escarmiento a los demás.
San Bernardino de Siena, predicador franciscano del siglo XV, hace un análisis preciso de las consecuencias psicológicas del vicio de la homosexualidad. El ilustre franciscano escribió: “Ningún pecado tiene mayor poder sobre el alma que la maldita sodomía , que fue odiada siempre por todos los que viven según Dios ... .. Tal pasión para indebidamente las fronteras de las formas de locura. Este vicio perturba la inteligencia, rompe un estado elevado y generoso de alma, arrastra los grandes pensamientos llevándolos hacia la nada, hace que [los hombres] sean pusilánime e irascible, obstinado y endurecidos, tonto servil e incapaz de nada. Por otra parte, la voluntad, siendo agitada por el deseo insaciable de placer, ya no sigue la razón, sino ... el furor. Alguien que vivió practicando el vicio de la sodomía sufrirá más dolores en el infierno que cualquier otro, porque este es el peor pecado que existe .” (San Bernardino de Siena, Predica XXXIX, en Le prediche volgari (Milan:. Rizzoli, 1936 ), pp 869ff., 915, en F. Bernadei, op. cit., p. 11f)
Papa Gregorio XVI Condenando la Francmasonería escribió: "El mal sale de las Sociedades Secretas, abismo sin fondo de miseria, que esas sociedades conspiradoras han cavado y en las que las herejías y sectas han, por así decirlo, vomitado como en un retrete todo lo que tienen de libertinaje, sacrilegio y blasfemia.
El apóstata y activista gay James Martin le ha declarado abiertamente la guerra a Dios y a la Iglesia. Ha cometido el grave pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo.
Marcos advirtió: Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre»
LA MALICIA DE LA BLASFEMIA. — La blasfemia es un pecado contra la virtud de la religión, por el cual rendimos a Dios el honor que le corresponde, como nuestro primer principio y nuestro fin último. Santo Tomás dice que debe considerarse un pecado contra la fe, en la medida en que, mediante ella, atribuimos a Dios lo que no le pertenece o le negamos lo que sí le pertenece (II—II, Q. xiii, art. I).
El Blasfemo activista gay James Martin de manera maliciosa y obstinada continúa librando una guerra contra Dios y la Iglesia.
SAN AGUSTÍN. (Serm. 71.) O si aquí se dijera: «¿Quién ha blasfemado alguna vez contra el Espíritu Santo?», deberíamos entender por ello «toda blasfemia». Pero puesto que se dijo: «Quien blasfema contra el Espíritu Santo», entiéndase que se refiere a quien blasfema no de cualquier manera, sino de tal manera que nunca le pueda ser perdonado. Así, cuando se dijo: «El Señor no tienta a nadie» (Santiago 1:13), no se refiere a toda tentación, sino solo a cierta. Ahora bien, veamos qué es esa clase de blasfemia contra el Espíritu Santo. La primera bendición de los creyentes es el perdón de los pecados en el Espíritu Santo. Contra este don gratuito se opone el corazón impenitente. Por lo tanto, la impenitencia en sí misma es blasfemia contra el Espíritu, que no se perdona ni en este mundo ni en el venidero. porque el arrepentimiento obtiene el perdón en este mundo, que será válido en el mundo venidero.
SAN ATANASIO. (Ep. 4. ad Serap.) Los antiguos, el erudito Orígenes y el gran Teognosto, describen esto como la blasfemia contra el Espíritu Santo, cuando quienes han sido considerados dignos del don del Espíritu Santo en el Bautismo recaen en el pecado. Pues dicen que por esta razón no pueden obtener el perdón; como dice Pablo: Es imposible que quienes han sido hechos partícipes del Espíritu Santo renueven su fe, etc. (Heb. 6:4). (Catena Aurea San Lucas 12)
No se conforma el demonio con un pecado, sino que se afianza más en él para empujar a otro: El que comete pecado, esclavo es del pecado (Jn 8,34). Por eso no es tan fácil librarse de tal situación: dice Gregorio: "Pecado que no se lava por la penitencia, arrastra sin tardar a otro con su peso" (Santo Tomás, Sobre la caridad,1. c. , p. 231).
Los que se dejan vencer por las pasiones, sorprendidos por la muerte y sepultados entre las llamas eternas del infierno, gemirán desesperados: ¡insensatos de nosotros, nos equivocamos!. Don Bosco (II, 363).
Se nos dice que en aquel lugar habrá llanto y crujir de dientes; de suerte que allí rechinarán los dientes de los que, mientras estuvieron en este mundo, se gozaban en su voracidad; llorarán allí los ojos de aquellos que en este mundo se recrearon con la vista de cosas ilícitas; de modo que cada uno de los miembros que en este mundo sirvió para la satisfacción de algún vicio, sufrirá en la otra vida un suplicio especial (San Gregorio Magno, Hom. 38 sobre los Evang. ).
Aquel que en su propia eternidad peca contra Dios, será castigado en la eternidad de Dios; y se dice que alguien peca en su eternidad, no sólo por la continuación del acto pecaminoso durante toda la vida del hombre, sino también porque, al proponerse el pecado como su propio bien, tiene la intención de pecar eternamente (Santo Tomás, Suma Teológica,1-2, q. 87, a. 2 ad l).
Siendo infinita la culpa del pecado mortal, puesto que va contra el bien infinito, es decir, contra Dios, cuyos mandamientos desprecia el pecador, el castigo merecido por el pecado mortal es infinito. (Santo Tomás, Sobre el Credo,6,1. c. , p. 64).
Los vicios contra la naturaleza también son contra Dios: Santo Tomás de Aquino
— Santa Hildegarda: La homosexualidad es la suprema ofensa contra Dios.
Mateo 25:30Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 78,3El siervo malo no sólo es castigado con el daño, sino también con la pena intolerable y la acusación y denuncia. Por eso sigue: “Arrojad al siervo inútil a las tinieblas exteriores"
Orígenes, homilia 33 in Matthaeum
Esto es, en donde no hay ninguna luz, ni siquiera corporal, ni hay visión de Dios, sino que como pecadores indignos de la presencia divina, son condenados para expiación a las que se llaman tinieblas exteriores. Alguno que ha explicado antes que nosotros acerca de las tinieblas del abismo que existe fuera del mundo; dice que como indignos de todo el mundo son arrojados fuera en aquel abismo de tinieblas que nadie las ilumina.
Eugenio de Leastar: McCarrick...hasta los perros de la calle lo sabían.
De manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allí pasar aquí. En esto hay un argumento contra los herejes, que dicen que habrán de tener término las penas, y que llegará día en que los pecadores podrán unirse con los justos y con Dios (TEÓFILO, en Catena Aurea, Vl, p. 254).
¿Qué otra cosa son los cuerpos de los malos sino sepulcros de difuntos, en donde se guarda, no la palabra de Dios, sino el alma muerta por el pecado? (Rabano Mauro, en Catena Aurea, vol. 1P 509).
Hay también muchos que viven, y que, sin embargo, están muertos. Estos tales yacen en el infierno, puesto que lo merecen, no pudiendo alabar a Dios (Casiano. Colaciones,1).
Igual que en el cuerpo de los justos habita Dios mismo, los cuerpos de los pecadores se llaman sepulcros de muertos; pues el alma está en el cuerpo del pecador y no puede creerse que viva, porque nada hace sobre el cuerpo que pueda llamarse vivo y espiritual (San Juan Crisóstomo, en Catena Aurea, volt III, p. 126).
Fieles a Bergoglio e infieles a Dios.
Viganó lamenta que los obispos y sacerdotes sean ‘perros mudos’
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 78,3Advierte que no solamente es castigado con la última pena el que roba lo ajeno y obra mal, sino también el que no practicó el bien.
Orígenes, homilia 33 in MatthaeumSi a alguno disgusta el oír que será juzgado porque no enseñó a otros, recuerde aquello del Apóstol: "¡Ay de mí si no evangelizare!" ( 1Cor 9,16).
Obispos y sacerdotes ‘perros mudos’: callan ante el error y el mal, por miedo a perder el favor del público:Papa Gregorio Magno- Regla Pastoral: Con frecuencia ciertos superiores mal avisados, por temor de perder el favor de los hombres, no se atreven a hablar libremente de lo que es justo, y, según expresión de la eterna Verdad, no desempeñan el oficio de buenos pastores en la guarda de sus rebaños, sino el de mercenarios, pues, al ver llegar al lobo, huyen a esconderse en un culpable silencio.
Nuestra señora del Buen Suceso
Quien debía hablar, callará:
“Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”. Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos.
“Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales… aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.
San JerónimoMas, ¡oh lector prudente! advierte que los suplicios son eternos y que la vida perpetua no tendrá peligro de acabarse.
“Cuánto mayor es la altura a que le sublimó Dios, dice San Bernardo, tanto mayor será el precipicio”
(...). “Quien se cae del mismo suelo, dice san Ambrosio, no se suele hacer mucho daño, pero quien cae de lo alto no se dice que cae, sino que se precipita, y por eso la caída es mortal” (...). “Todo pecado del sacerdote es pecado de malicia como lo fue el pecado de los ángeles, que pecaron a plena luz. “Es un ángel del Señor, dice San Bernardo, es pecado contra el cielo (...).“todo pecado de malicia es pecado contra el Espíritu Santo, el pecado contra el Espíritu Santo, dice San Mateo no se (le) perdonará ni en este mundo ni en el venidero [Mt 12, 32]
Nuestro Salvador rogó en la cruz por sus perseguidores diciendo: Padre, perdónalo porque no saben lo que hacen [Lc 23, 34]; y esta oración no vale a favor de los sacerdote malos, sino que, al contrario, los condena, pues los sacerdotes saben lo que hacen. Se lamentaba Jeremías, exclamando: ¡Ay, como se ha oscurecido el oro, ha degenerado el oro mejor! [Lam. 4, 1]. Este oro degenerado, dice el cardenal Hugo, es precisamente el sacerdote pecador, que tendría que resplandecer de amor divino, y con el pecado se trueca en negro y horrible de ver, hecho objeto de honor hasta el mismo infierno y más odioso a los ojos de Dios que el resto de los pecadores, San Juan Crisóstomo dice que “el Señor nunca es tan ofendido como cuando le ofenden quienes están revestidos de la dignidad sacerdotal” (...). San Juan Crisóstomo tiene ya por condenado al sacerdote que durante el sacerdocio comete un solo pecado mortal: “Si pecas siendo hombre particular, tu castigo será menor, pero si pecas siendo sacerdote estás perdido”.
Resumiendo, dice San Pablo: No se puede bromear con Dios (Gál. 6,7). No se puede ofender continuamente adrede y luego pretender el Paraíso. Cada cual recogerá lo que siembre: quien siembre pecados, no pretenda esperar mas que el castigo del infierno. La red con la que el demonio pesca a las almas para el infierno es el engaño sibilino, con las palabras: Pecad libremente, porque os salvaréis a pesar de vuestros pecados. Dios detesta la esperanza de quien se obstina, puesto que su esperanza es una abominación. Tal esperanza consigue el castigo de Dios, merecido por quienes, abusando de su bondad, lo ofenden de todos modos.